(i4) üsilo que nos ha quedado contra la corrupción sy si nos faltara este divino y poderoso remedio , pocas cosas habría que pudieran contener el violentísimo torrente de los vicios. t Por esto desde el siglo IV. del Chnstianlsmo , al que con mayor probabilidad se reduce el origen de las Parroquias , es constante , que los Sacerdotes , á cuyo gobierno se encomendaban , miraban como una parte muy esencial de su oficio predicar con freqüencia al Pueblo , explicándole las Escrituras , y exhortándole á la virtud , pues en sola Alexandría habia ya en el año de trescientos quince de Jesuchristo nueve Presbíteros. que exerciani este ministerio en otras tantas Iglesias , uno de los quales era el infame Arrio 5 como lo refieren San Epifanio y Teodoreto (') \ y si (i) Epipli. H^res. 69. At in una harum Coílutus quidem ^rat , m altera Carbones , in alia Sarmatas , et Arius grfc